Un último esfuerzo
Hoy en día, el lanzamiento del juego no es el final de una producción. Conforme los costos de desarrollo aumentan considerablemente cada año, las compañías se ven en la necesidad de reutilizar todo lo que han creado para ofrecer algo nuevo y venderlo como contenido adicional. Si bien esta práctica no es nueva, desde las últimas dos generaciones, el DLC se ha convertido en algo más que solo una misión adicional o una pequeña revisión. En el caso de Final Fantasy XVI, Creative Business Unit III logró entregarnos una aventura completa en su momento, y si bien la experiencia principal dejó la puerta abierta para responder un par de dudas, la aventura de Clive y Joshua concluyó de una forma definitiva y satisfactoria, por lo que fue una grata sorpresa esuchar que Square Enix estaba trabajando en dos expansiones enfocadas a la historia de este título.
El primero de estos DLC, Echoes of the Fallen, llegó a finales del año pasado, y fue un pequeño dulce que estaba enfocado en el combate y en expandir nuestro conocimiento sobre Valisthea. Sin embargo, los ojos del público estaban sobre The Rising Tide, expansión que no solo prometió una nueva zona para explorar, sino que por fin tendríamos la oportunidad de enfrentarnos a Leviathan, Eikon que brilló por su ausencia en el lanzamiento original. Considerando el trabajo que se hizo en títulos como Final Fantasy XIV y Final Fantasy XV, las expectativas para esta conclusión eran demasiadas altas, al grado de que muchos esperaban un nuevo final o un cambio sustancial a la aventura de Clive y compañía.
De esta forma, The Rising Tide ha llegado para cerrar, no solo el ciclo de vida de Final Fantasy XVI, sino para concluir un capítulo más en una de las series más importantes de esta industria. Después de experimentar todo lo que esta expansión nos ofrece, ¿acaso vale la pena The Rising Tide? ¿El DLC ofrece algo más que solo una nueva habilidad y una zona adicional para explorar? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
Una nueva mirada a Valisthea
Al igual que Echoes of the Fallen, The Rising Tide se desarrolla momentos antes de la batalla final en Final Fantasy XVI. Más que ofrecer una conclusión alterna a los eventos del juego principal, como muchos esperaban, el DLC es su propia aventura, en donde Clive y compañía tienen que explorar una nueva región y resolver otro gran problema. De esta forma, el enfoque principal está en los personajes originales de la expansión, así como en expandir nuestro conocimiento de Valisthea. El resultado final es una experiencia entretenida que funciona como parte del marco general de este mundo.
Antes de su pelea final, Clive recibe una carta en donde se le revela que Leviathan, el Eikon que desapareció por más de un siglo, ha reaparecido, y amenaza con la destrucción total de un pueblo del que solo habíamos escuchado rumores hasta ese momento. De esta forma, nuestro protagonista, en compañía de Joshua, Jill y Torgal, conocen a Shula, una guerrera del pueblo de Mysidia, quien nos lleva a su hogar con la misión de suprimir el peligro que acecha a su comunidad. Aquí, no solo tenemos la oportunidad de conocer un capítulo perdido de este mundo, sino que se resuelven un par de misterios que dejó la aventura original.
A diferencia de Echoes of the Fallen, el cual se puede ver como una aventura separada de la narrativa principal, The Rising Tide nos ofrece un relato que bien pudo formar parte del viaje original de Clive. Todo lo que gira alrededor de Leviathan y su Dominant sigue la tendencia que ya conocemos. Es un relato más sobre la avaricia del ser humano, y la forma en cómo la gente con poder utiliza a los demás para cometer actos egoístas, incluso si estos están bajo un estandarte altruista. Lo mismo se puede decir al pueblo que habita en Mysidia, los cuales se sienten como una parte natural que siempre estuvo presente en Valisthea, y no como un grupo que solo fue creado para la expansión.
Junto a esto, Shula toma un papel protagónico a lo largo de todo el DLC. Pese a que la historia tiene una duración de aproximadamente cinco horas, todo el tiempo que pasamos junto a esta guerrera se utiliza para explicarnos la posición que tiene en su pueblo, su visión del mundo en general, y el compromiso que tiene con el Dominant de Leviathan. Es un personaje muy bien trabajado que, si bien carece del carisma necesario para estar a la par de otros acompañantes, como Mid y Gav, logra resaltar y convertirse en alguien capaz de ser memorable para algunos jugadores.
Sin embargo, el enfoque que The Rising Tide le da a Shula termina por afectar a Jill y Joshua. Considerando el papel que estos dos tienen en la aventura principal, es algo decepcionante ver que Joshua solo tiene un par de líneas de diálogo antes de desaparecer durante gran parte de la expansión. Por su parte, Jill tiene un mayor peso, pero una vez que su momento de exposición llega a su fin, no aporta algo que valga la pena. Incluso Clive se llega a sentir como un personaje secundario en esta aventura, puesto que su único objetivo es evitar que Leviathan destruya Mysidia.
Aunque esto puede llegar a ser decepcionante para más de uno, esto tiene sentido cuando consideramos que, previo a la historia de The Rising Tide, ya pasamos decenas de horas en compañías de Clive, Joshua y Jill, viéndolos crecer y superar sus mayores retos. De esta forma, los protagonistas que vemos en el DLC ya han concluido sus viajes y, para evitar problemas con el final, no hay algún cambio sustancial disponible para aquellos que paguen por la expansión.
The Rising Tide, pese a ofrecer una aventura corta, se siente como un capítulo más de la aventura principal. Shula es un personaje interesante que se une de una forma efectiva al extenso repertorio de guerreros secundarios en el viaje de Clive. Leviathan, y todo lo que rodea a su Dominnat, cuentan con temas muy bien manejados que toman todos los conceptos narrativos que nos presentó el título base, y los usa para explorar una temática única que le otorga su propia personalidad a la expansión. El resultado final es una experiencia que, si bien no ofrece un nuevo final, es una digna mirada al mundo de Valistheas, sus pueblos, creencias, y deja en claro que este universo es lo suficientemente grande para ameritar una secuela.
El poder del océano
Final Fantasy XVI ya nos ofrece un extenso mundo para explorar, con diferentes locaciones, y si bien la temática medieval prevalece en todos lados, hay una clara distinción entre cada una de las principales regiones de Valisthea, y en The Rising Tide continúa esta tendencia. En esta ocasión tenemos la oportunidad de visitar una jungla tropical, la cual logra resaltar inmediatamente por sus costas, su densa flora, ruinas destruidas, y un cielo azul. Así es, después de estar sometido al deprimente púrpura, el DLC nos da la oportunidad de mirar arriba y disfrutar de una postal que no habíamos presenciado en mucho tiempo.
Pese a que el motor gráfico no cambió, The Rising Tide nos presenta con una dirección de arte única que bien podría ser considerada como la mejor en todo Final Fantasy XVI. Parte de lo que hace especial a esta zona, es la forma en la que rompe con los estándares a los que ya estábamos acostumbrados. En lugar de castillos y zonas mecánicas, el DLC nos presenta una zona que está atrapada en el tiempo, en donde la naturaleza ha tomado el control, y la presencia del ser humano es casi nula.
Junto a esto, el diseño de Shula y su tribu logra destacar considerablemente. Los miembros de esta comunidad se logran identificar por su cabello blanco, ojos azules, y un tono de piel más oscuro, demostrando cómo la situación en la que se encuentran, y el hecho de que fueron desterrados de su hogar original, los ha cambiado a lo largo de los años. Sin embargo, aquí la estrella es Leviathan. El famoso summon cobra nueva vida gracias al estilo característico de Final Fantasy XVI.
Al igual que muchos elementos que encontramos en este título, el diseño de Leviathan le rinde homenaje al trabajo que hemos visto desde Final Fantasy III, pero con una serie de modificaciones pequeñas que le dan un toque realista que va de la mano con el resto de los Eikons que encontramos en esta entrega. La serpiente marina es imponente, con un extenso cuerpo que parece no tener fin. Esto es complementado a la perfección con su batalla, en donde peleamos a lo largo de un huracán, y navegamos hasta llegar hasta el centro, en donde el caos es sustituido por un hermoso paisaje que, poco a poco, se va corrompiendo con una tormenta.
De alguna manera, Creative Business Unit III logró que The Rising Tide se viera impecable. Mysidia es una de las zonas más hermosas en toda Valisthea, con una personalidad única que cautiva a todos los jugadores. Por su parte, el diseño de Shula y su pueblo ofrece una diversidad más que bienvenida. De igual forma, Leviathan logra encontrar el punto perfecto entre el estilo clásico al que estamos acostumbrados, y la dirección más realista que carcateriza al resto de los Eikons en Final Fantasy XVI.
Dos grandes apartados que, en lugar de presentar algo completamente original, se enfocan en expandir lo que vimos en el juego base, son la música, con el tema de Leviathan siendo una de las composicones más llamativas en toda la experiencia, y las actuaciones de voz. Una vez más, podemos esperar un gran trabajo por parte de todos los actores involucrados. Si bien Logan Hannan y Susannah Fielding no tienen mucho que hacer como Joshua y Jill respectivamente, Ben Starr una vez más hace una fantástica labor como Clive, aunque no llega a los niveles emocionales que encontramos en la aventura, lo cual tiene sentido cuando consideremos el rol que tiene el protagonista en The Rising Tide. Como ya lo mencioné, Shula es la estrella, y cada una de sus escenas, desde aquellas que están enfocadas a la exposición, pasando por los pequeños comentarios burlones, hasta los momentos más emocionales, son manejados a la perfección gracias a su actriz de doblaje, al menos en inglés.
Como era de esperarse, los niveles de producción en The Rising Tide no llegan ser tan grandes como en el juego principal, pero la experiencia nos ofrece grandes momentos, y la épica batalla contra Leviathan no sería la misma con la música que acompaña este enfrentamiento. Los desarrolladores hicieron todo lo posible para que el DLC se sintiera como una parte más de Final Fantasy XVI, y no como un extra que estaban obligados a crear.
Leviathan y…
The Rising Tide no cambia la fórmula de Final Fantasy XVI. Este sigue siendo un RPG de acción con mecánicas de hack and slash, en donde podemos usar seis habilidades para hacer tanto daño como sea posible. El enfoque sigue siendo la personalización, en donde tú creas la sinergia entre todas las opciones que Clive tiene a su disposición. De esta forma, el DLC está enfocado en expandir estos conceptos y proporcionar una serie de mejoras de vida que ayudan a crear a un protagonista que se acople a tu estilo de juego.
El agregado más importante que introduce la expansión es Leviathan. Poco después de comenzar The Rising Tide obtendrás todas las habilidades que este Eikon tiene para nosotros. Aquí se nos presentan poderes que están enfocados en atacar a distancia y en manejar a grupos de enemigos de una forma efectiva. Al presionar círculo, el summon transforma la mano izquierda de Clive en una escopeta que lanza agua de tres diferentes formas, cada una con una mayor efectividad dependiendo de la distancia que hay entre nuestro protagonista y los contrincantes a los que se enfrenta.
En general, Leviathan funciona muy bien con todos los estilos de juego. Si utilizas a Clive de una forma agresiva, el Eikon es efectivo al momento de tomar distancia, algo que es mucho más fácil gracias a que esta habilidad también proporciona una doble evasión. Por otro lado, el summon funciona muy bien con compañía de Ramuh y Bahamut, con los cuales comparte un par de similitudes que convierte a este trío en algo devastador, siempre y cuando seas lo suficientemente rápido para cambiar poderes.
Para hacer que la experimentación sea mucho más sencilla, la actualización que llegó junto a The Rising Tide, la cual está disponible para todos, sin importar si compraste el DLC o no, te permite guardar hasta cinco sets de habilidades. Si bien es imposible cambiar los Eikons seleccionados durante una batalla, dependiendo de la situación en la que te encuentres puedes hacer las modificaciones necesarias sin pasar tanto tiempo reasignando los poderes de Clive. Es una ayuda bien implementada que, si bien no tiene un gran peso para aquellos que ya completaron Final Fantasy XVI, es muy útil al momento de experimentar el New Game+.
Afortunadamente, Leviathan no es la única habilidad nueva a nuestra disposición. Sin dar muchos spoilers, Clive obtiene un poder adicional al terminar el DLC. Esto nos da la oportunidad de usar una serie de poderes destructivos que están enfocados a erradicar enemigos pequeños en cuestión de segundos, así como afectar severamente la barra de stagger de los jefes. Al igual que el summon de agua, este último agregado se puede combinar a la perfección con cualquier otro Eikon. Con estos dos sets más, las posibilidades son básicamente infinitas.
Ahora, la pregunta es: ¿de qué me sirve tener todo esto al final del juego? Una vez que acabas The Rising Tide lo único que queda es vencer al jefe final, ¿no? Bueno, para todos aquellos que desean experimentar con todo lo que el sistema de combate de Final Fantasy XVI tiene para nosotros, se agrega un último reto adicional, conocido como Kairos Gate. Este modo nos ofrece 20 combates predeterminados, en donde puedes obtener recursos adicionales para crear el arma más poderosa del juego, y poner a prueba todas tus habilidades.
En Kairos Gate, Clive cuenta con estadísticas y un equipo ya determinado, aunque tenemos la libertad de elegir a los Eikons que más nos agraden. Cada cuarto está compuesto de tres oleadas de enemigos, las cuales culminan con mini-jefes o jefes que vimos a lo largo de la aventura principal. Con cada victoria, obtienes puntos especiales que puedes usar para incrementar alguna habilidad del protagonista, así como obtener una mejora momentánea, como recuperar vida después de cada enfrentamiento o poderes que cargan mucho más rápido. Es un pequeño elemento roguelite que le ofrece un buen nivel de rejugabilidad a este extra. Lo mejor de todo, es que si logras obtener el rango más alto en los 20 enfrentamientos, podrás peleas contra el jefe más difícil de todo Final Fantasy XVI.
Más allá de las nuevas habilidades, Kairos Gate, y el hecho de que The Rising Tide nos da la oportunidad de explorar una nueva área con enemigos nunca antes vistos, incluyendo el regreso de los Tonberry, y 11 side quests adicionales, la actualización gratuita para todos los jugadores que llegó a la par del DLC nos ofrece una serie de mejoras de vida, un par de cinemáticas adicionales, y arregla los pocos bugs que aún estaban presentes. De esta forma, queda claro que Final Fantasy XVI nos ofrece, actualmente, la mejor versión posible de esta experiencia.
La marea creciente
Si bien The Rising Tide no se llega a sentir como una conclusión para la aventura de Clive, esto era imposible de alcanzar, puesto que Final Fantasy XVI ya tiene un final puntal. Sin embargo, el DLC sí logra ofrecernos una última oportunidad de visitar Valisthea y despedirnos de sus habitantes. Aunque la historia que nos presenta la expansión deja de lado a los personajes que tanto amamos, como Joshua, el enfoque que hay sobre Shula y su pueblo es una gran adición al extenso mundo que los desarrolladores crearon, y logra unirse perfectamente a la experiencia principal que ya todos conocemos.
Visualmente, Mysidia es increíble. No hay un lugar en Valisthea que se pueda comparar con esta locación. Junto a esto, la batalla contra Leviathan, aunque no tan espectacular como Bahamut, nos ofrece una ambientación perfecta que juega muy bien con el concepto de una tormenta. La música, en especial el tema del Eikon, es increíble, y la actuación de Shula está a la par de otros memorables trabajos que encontramos a lo largo de Final Fantasy XVI.
Las dos nuevas habilidades son espectaculares, se logran combinar a la perfección con el resto de los poderes de Clive, e incentivan a la experimentación. Aunque llegan ya en las últimas horas de juego, Kairos Gate nos da la oportunidad de experimentar con todas las herramientas a nuestra disposición, y funciona como un último reto que pone a prueba al jugador en todo momento. Actualmente puedes conseguir The Rising Tide de dos formas, ya sea pagando el pase de temporada, el cual tiene un precio de $24.99 dólares, o adquiriendo este contenido por separado a tan solo $19.99 dólares.
Final Fantasy XVI es un fantástico juego de principio a fin, que logra combinar la estructura clásica de la serie, con un sistema de combate enfocado en la acción y la personalización. The Rising Tide es el perfecto complemento para esta experiencia, y aunque esto marca el final de este capítulo en la historia de una de mis series de videojuegos favoritos, no puedo esperar para ver cómo es que Square Enix toma todo lo que aquí funcionó y expande estos conceptos en Final Fantasy XVII, o en una secuela de la aventura de Clive y Joshua.